Tristeza, indignación y luces rojas

Nadie dijo que fuese fácil, pero el camino que los carballeses tenemos que recorrer para librarnos de nuestra injusta mala fama tiene en ocasiones obstáculos que llaman al desánimo. Hoy gran parte de Galicia, y desde luego todo Carballo, hablan de un terrible suceso acaecido en nuestra ciudad. Un sujeto innombrable entró a plena luz del día y a cara descubierta en la tienda "Tejanos", situada en la calle Fomento, y a punta de cuchillo obligó a la dependienta a cerrar el establecimiento y entregarle el dinero de la caja, para posteriormente abusar sexualmente de ella.

La indignación y el miedo son las palabras que más salen de la boca de los vecinos y comerciantes de la zona, mientras que la policía está ya tras la pista del individuo, que al parecer fue visto por varios viandantes y tiene rasgos físicos muy marcados. Esperamos que su huída sea breve y que pronto tenga que rendir cuentas por su fechoría. Pero aún en ese caso, ninguna pena ayudará a limpiar en nombre de Carballo, nos evitará sentir temor al salir a la calle, ni sobre todo, solucionará el sufrimiento de su víctima.

Y es que aunque el alcalde y el jefe de la policía local han señalado que se trata de un hecho puntual y que esta clase de sucesos están en nuestro concello por debajo de la media, otra noticia desoladora aparece hoy en LVDRP. Los profesionales que trabajan en el centro médico han tenido que salir a la calle para denunciar las desesperadas condiciones de violencia en que se ven obligados a trabajar. El gran número de pacientes a tratar (quo vadis, hospital comarcal?) y la proximidad al centro de drogodependientes contribuyen a crear un cóctel explosivo que los trabajadores no cesan de advertir.

Como con cierta frecuencia sucede en nuestra villa, se han vuelto a encender las luces rojas del problema de la inseguridad. Las soluciones son complicadas, el nuevo cuartel de la guardia civil prometido se ha retrasado sine die, y la situación económica no ayuda. Pero la táctica del avestruz y la negación de los problemas es la única alternativa que seguro es equivocada. Que nuestros gobernantes, desde los locales a los nacionales, incluyendo también a los próximamente entrantes en la Xunta, lo tengan claro.