Más fácil de lo que parecía

También podríamos haber titulado “Mucho ruído y pocas nueces”, como la famosa obra de Shakespeare llevada al cine con acierto por Kennet Brannagh, pero ese titular ya lo habíamos usado años ha (cosas de tanto tiempo en la red). Estamos hablando de la habitual polémica anual que ocurre en Carballo con motivo del reparto de niños entre los distintos centros de enseñanza.

Este año nos ha dejado la imagen de un grupo de padres protestando a las puertas del colegio Fogar por la negativa de Educación a habilitar una cuarta unidad de infantil. Concentraciones que ya habíamos vivido otros años tanto en el núcleo como parroquias tales como Berdillo. En el trasfondo de todo el asunto está el creciente traslado de la demanda desde las escuelas unitarias de las parroquias a las del núcleo, el rechazo que genera en muchos progenitores la situación del colegio San Luis Romero por atender a buena parte de la población marginal, y por supuesto la falta de previsión que ha reinado durante los años de bonanza, en que todos sabíamos que llegarían desajustes y nadie hizo o no supo hacer nada para remediarlo. En resumen, que a día de hoy hay plazas suficientes, pero no donde a todo el mundo le gustaría.

El caso es que sin embargo y hasta ahora, tras la tempestad siempre ha llegado la calma, y al final la habilitación de aulas adicionales, o, como este año, el reparto efectivo de los niños, ha satisfecho las expectativas de todos los padres, y aquí paz y después gloria, y magnolias para todos. De modo que nosotros concluímos que, o bien estamos ante un conflicto mayormente ficticio y mucho más fácil de resolver de lo que parece, o bien lo que estamos haciendo son parches año a año, de los que nadie está seguro de cómo van a ser hasta el último momento y por eso todo el mundo tiene la mosca detrás de la oreja. Más bien nos inclinamos por la segunda opción. Porque lo que está claro es que el mapa escolar carballés no está definido ni terminado, que en los próximos años la tendencia es a complicarse, y que a pesar de las apariencias seguimos teniendo un problema pendiente.