Lista de espera: número 118

57 es el número de niños que cuentan con plaza en la única guardería que a día de hoy existe en Carballo, mientras que 118 es el número de niños apuntados en la lista de espera, y que por tanto en principio se quedan sin plaza. Es decir, que la demanda es de más del triple de la capacidad existente en unas instalaciones que, recordemos, llevan ya más de 7 años funcionando. O lo que es lo mismo, en 7 años nadie ha hecho nada para prever un problema que se conocía perfectamente de antemano.

O mejor dicho, corregimos, sí se ha hecho algo. Se ha hecho la habitual retahíla interminable de anuncios, grandes titulares, ruedas de prensa, explicaciones, promesas, maravillosos discursos, y repetición de todo lo anterior acerca de, no ya una, sino dos guarderías más, que incluso tendrían diseños futuristas e innovadores, la envidia de toda Galicia. Y todo ello no sólo no ha servido para tener a día de hoy al menos una segunda guardería funcionando, sino que no hay ninguna obra empezada, ni hay ninguna obra licitada, fundamentalmente porque, hablando en plata, no hay un puñetero duro para guarderías. Ahora echen cuentas de los millones que durante estos años se han gastado en Carballo en todo tipo de cosas (spas y baños turcos incluidos), y acuérdense del santo que tengan más a mano para bajarlo a la tierra.

El desastre ya está hecho y ahora toca la hora de buscar culpables. Evencio lo tiene claro, la culpa es de la Xunta, pues había un acuerdo para que ésta aportase el 80% de la financiación. Pero no de la Xunta del BNG que gobernó durante 4 años, y en la que Anxo Quintana era el responsable de las famosas “galescolas”, sino de la Xunta del PP que lleva un año escaso en el cargo. Y en el PP tienen claro que el gran culpable no es otro que el alcalde carballés, quien ha gastado cantidades ingentes de dinero durante sus 7 años de mandato, sin reservar unas miguitas para un problema que todo el mundo veía venir.

Sea culpa de unos o de otros, lo cierto que Carballo está dando un lamentable espectáculo propio de una república bananera como Cuba, y por eso nos recuerda tanto a la memorable comedia cubana cuyo trailer traemos a colación. Ahora a muchos padres carballeses les tocará aflojar la pasta en plena crisis para pagar guarderías privadas, o tomárselo con calma y resignación caribeñas como en “Lista de espera”, porque el recurso de nuestro amigo Bitelchus no cuela.