¿Hay o no hay pasta?

Es la gran pregunta que todo el mundo se hace desde hace meses. Los empresarios para saber si van a poder cobrar de sus deudores o pagar a sus acreedores. Los emprendedores para saber si van a poder tener acceso al crédito. Los empleados para saber si van a poder cobrar o van a ser despedidos en breve. Y los políticos para saber si hay caja para atender a los gastos corrientes y las inversiones. En todos los casos la información tiende a ser opaca, pero especialmente lo es en el último, cuando menos de cara a la opinión pública.

Quizá por eso, y por primera vez en la democracia según destacaba la prensa local, el último pleno de Carballo se centró en la llamada “cuenta general” del Concello. Todo ello a iniciativa del PP para poner de manifiesto lo que consideran mala gestión y consecuente mala salud económica de un concello que, recordemos, tradicionalmente había sido uno de los más saneados de Galicia. Dice la oposición popular que hay un desfase de 1,8 millones de euros entre ingresos y gastos, que las previsiones de ingresos estaban artificialmente infladas, que abundan los gastos sin justificar, y que por primera vez en Carballo hay un remanente de tesorería negativo. Por supuesto el gobierno rechazó tales argumentos, calificó de catastrofistas a los populares y defendió la bondad de su gestión.

En cualquier lo que está claro es que la época de vacas gordas ha terminado. Que hemos pasado de los ríos de millones derrochados con el Plan E y los grandes ingresos vía impuesto de construcciones a la sequedad más absoluta. No fluye el dinero ni por la vía pública ni por la privada, y así las cosas parece difícil de creer que un ayuntamiento presente una salud de hierro. Quizá lo que nos deberíamos de preguntar es qué tal se gastó el dinero durante los años de fiesta, ¿se invirtió en tejido productivo, en formación, en infraestructuras necesarias, en futuro… o se tiró en obras inútiles de cara a la galería? ¿Se gastó con control y con sentidiño, o cada concejal cogía de la caja a su antojo? ¿Sigue el Concello pagando igual que siempre o ha habido cambios? Os invitamos a hacer vuestras aportaciones.