Se armó el belén

Llega la Navidad y en Carballo se ha montado un buen belén. Pero no está en la iglesia ni en el ayuntamiento como en otros concellos de la comarca. Está en el recién remodelado mercado de abastos.

El gobierno local ha cumplido sus expectativas de plazos pero no así sus expectativas de satisfacción. En la jornada de ayer los concesionarios se instalaban en sus puestos que en principio serán definitivos, y la hemos liado. Resulta que la mayoría de los habitáculos son más pequeños de los que disponían antes y muchos se quejan de que no tienen siquiera espacio para colocar sus cosas y desenvolverse. La indignación era la nota predominante, pero a los esfuerzos de nuestra siempre crítica prensa local por suavizarlo o distraerlo.

Y llegados a este punto, hay toda una lista de preguntas y respuestas que a todos nos asaltan. Primero, si hemos gastado más de dos millones de euros en remodelar un edificio, ampliando su superficie, para hacerlo más moderno y funcional (mil veces nos lo han repetido), ¿cómo es posible que resulten puestos más pequeños? Respuesta: porque la ordenación premia la aparición de nuevos espacios, como la cafetería que será objeto de una concesión municipal, y sobre todo una planta superior vacía cuyo destino a día de hoy no está decidido, o sí lo está, pero no se quiere decir. Qué gran planificación. Segundo, ¿cómo es posible que los concesionarios no conociesen hasta hoy las dimensiones de sus lugares de trabajo? ¿No se interesaron por la información, o no se les facilitó? ¿Y por qué no trascendió a la opinión pública antes, entre tantos datos y tanta publicidad dada a la obra? Y tercero, si existe una concesión a un placero por X años, ¿no debe esa concesión llevar a aparejada una superficie de Y metros cuadrados? ¿Cómo puede el Concello variar unilateralmente las condiciones de esa concesión? ¿No implica eso necesariamente la indemnización al concesionario?

Son muchos los interrogantes y las dudas de una obra que no está convenciendo a nadie, ni a la oposición, ni a los concesionarios del edificio, ni a los demás comerciantes del centro que ven cómo el Concello subvenciona a su competencia pero no soluciona sus problemas. Mucho nos tememos que de nuevo vamos a estar hablando durante meses de una polémica que va a traer cola.