Cero patatero
Pues sí, ni uno, ni dos, ni siquiera un cuatro por el que suspirar un aprobado. En lo que llevamos de año se han tramitado en Carballo CERO licencias para construir viviendas.
Tras la vorágine constructora de años pasados en los que nuestra ciudad era un bosque de grúas y en los muchos presumían de batir récords inmobiliarios, el brutal ajuste que en la mayor parte de España ha sufrido el sector ha tenido también su reflejo en la capital de Bergantiños. Saltándose los optimistas augurios que aseguraban que nuestros lares estaban a salvo de los excesos del Levante, el ajuste carballés ha sido una parada en seco, de 100 a 0 en 1 segundo.
Una dura realidad para las muchas familias que aquí dependen del sector de la construcción y que seguramente debería hacernos reflexionar a todos acerca del modelo económico y del discurso político seguido durante estos años. Un discurso en que se censuraba el sobrepeso de la vivienda en la economía nacional mirando hacia el exterior, pero se celebraba la borrachera constructora de nuestro propio concello, como si fuésemos la excepción que confirma la regla.
Quizá sería fácil ahora reprochar los errores y las medidas no tomadas a tiempo, pero de nada serviría. Urge un gran consenso para salir de esta ratonera, invirtiendo lo justo en aquello que es más necesario, y creando oportunidades de empleo para un gran masa de trabajadores con futuro incierto. De ello depende en gran medida el futuro de Carballo en la década que nos espera.
Etiquetas: economía, Ladrillos construcción
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