El hombre que sabía demasiado

Mucho está dando que hablar la iniciativa de la oposición de forzar al gobierno a una nueva intentona del parking subterráneo. Pero más allá de las consecuencias de este hecho en la pugna política (desgaste del gobierno, quién se apunta el tanto, si puede salir el tiro por la culata, etc.), lo que más cavilaciones está provocando es la posición del solitario concejal socialista, José Antonio Viña.

Porque debemos confesar que muchos -entre los que nos encontramos- dimos por supuesto que el exteniente de alcalde se marchaba del gobierno por obligación electoral, pero que iba a jugar un papel de apoyo desde el exterior ofreciendo una plácida legislatura a Evencio Ferrero. De hecho, el socialista no puso impedimento alguno para la elección del nacionalista. Sin embargo, decisiones como ésta sugieren un juego ambiguo que hace dudar de las verdaderas intenciones de Viña. Nadie sabe lo que pasa por la cabeza del veterano profesor carballés más que él, pero mientras, el juego de adivinarlo provoca la inquietud de los unos y la ilusión de los otros.

Por una parte los resultados electorales han puesto de manifiesto que un matrimonio BNG-PSOE no es una relación de simbiosis sino de parasitismo: no son dos partes las que se benefician de la aportación del otro, sino que una parte se aprovecha de la otra, y la otra sufre las pérdidas. Mal camino. Pero otra parte, Viña nunca se ha rebelado hasta ahora como un animal de oposición. Y por otra, la situación política actual, en plena precampaña para unas generales que auguran una amplia victoria popular, hace que la soledad socialista en la oposición, alejado de todo centro de poder, y con un único concejal en el salón de plenos, resulte desoladora. Guatemala o Guatepeor. Si a esto sumamos el déficit de comunicación que habitualmente se le achaca a don José Antonio, el panorama pinta harto difícil. Pero precisamente es en situaciones tan difíciles como estas cuando se producen las crisis (“cambio”) y las personas pueden ver alterada su rutina de siempre para sobrevivir. Y para ello Viña cuenta con un as en la manga que sus compañeros de oposición bien querrían para sí: conoce de primera mano toda la información, los secretos y la forma de funcionar del actual gobierno, de quien fue estrecho colaborador durante los últimos cuatro años. Del camino que Viña decida seguir dependerá en gran parte el devenir de este mandato.