De perdidos al río

Parece ser la consigna en el proyecto de reforma del mercado de abastos. Tras años de varios fracasos consecutivos el gobierno local está dispuesto a tirar para adelante con lo que sea y como sea… y que sea lo que Dios quiera.

A pesar de que el gobierno de Evencio rechazó debatir el proyecto en la sesión plenaria del pasado lunes, los grupos de la oposición no perdieron la ocasión de hablar largo y tendido del asunto. Y podemos decir que quedaron de manifiesto tres cosas. La primera es que el proyecto aprobado cuenta todavía con importantes lagunas pendientes de aclarar. La más importante de ellas el destino que se dará a la segunda planta, el cual el propio Viña reconoció que no está decidido (vamos, que no lo saben), aunque rechazó los crecientes rumores que apuntan a una gran superficie de alimentación. Según la oposición, tampoco se conoce el coste exacto de la obra, ni su mantenimiento, ni los criterios de reubicación de concesionarios. El segundo aspecto que ha quedado claro es la división entre gobierno y oposición. Tanto el PP como Terra Galega coinciden en que la reforma del edificio existente es un parche que costará mucho dinero y no dará el impulso que el mercado precisa. Además, se refieren a deficiencias de diseño como la imposibilidad de acceder con camiones frigoríficos a la planta baja (Sueiro habló de “levar os cochos ó lombo como toda a vida), la reducción del espacio libre de la plaza, o que no se prevea la conexión con un futuro aparcamiento subterráneo. Y el tercer aspecto, quizá más llamativo, es el reconocimiento por parte de Ferrero y Viña de que éste no el proyecto que ellos querían, y de que existirán partes negativas en el mismo: “Cando se faga xa se verá quen tiña razón e quen non, e eu espero que se decante cara o noso lado, e que os posibles aspectos negativos queden minimizados cos beneficios xerais”.

De manera que el bipartito carballés se encontraba en la disyuntiva de: A) no hacer nada y asumir un tremendamente sonoro fracaso ante sus votantes, o B) tirar para adelante con un proyecto de tercera división y con un buen número de incógnitas y defectos; y ha decidido apostar por la segunda opción. “From lost to the river”, que dirían los ingleses. Como bien dice el alcalde, veremos el resultado, y el coste.