Evencio Zapatero

Por estas mismas fechas entramos en el último año de esta legislatura municipal, y ello parece agitar las habitualmente apacibles aguas políticas carballesas. Esta semana se ha producido un interesante choque dialéctico entre el alcalde Evencio Ferrero y el líder de la oposición, Alberto Sueiro, que a nosotros nos suscita una reflexión acerca de los paralelismos entre la política local y la nacional.

Son varios los asuntos en los que los populares atacan la acción de gobierno del nacionalista, pero posiblemente el más significativo es el de esa guardería municipal que se ha anunciado ininterrumpidamente durante 7 años pero que tristemente ni se ha empezado a construir ni cuenta con financiación. Ferrero defiende con uñas y dientes su gestión y acusa a la Xunta de incumplir el convenio firmado en el año 2008. Mientras, el PP le echa en cara su parálisis durante los años que lleva como alcalde y aquellos en los que su partido tuvo el control de las famosas “galescolas”. Sueiro remata la faena con una frase más global que recoge A Nosa Costa que bien puede resumir todos estos últimos años: “Gastáronse moitos cartos sen mellorar nada”.

Y aquí es donde afloran los curiosos paralelismos que existen entre el alcalde de Carballo y el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los dos basan gran parte de su éxito en un discurso adornado y floral, lleno de magnífica intenciones, buenas palabras, halagos a los ciudadanos, y un magnífico marketing político. Los dos cuentan con el apoyo fundamental e inestimable de la mayoría de medios de comunicación de masas. Los dos son los líderes indiscutibles de sus equipos, rodeados mayoritariamente de concejales o ministros de perfil bajo que nunca podrán hacerles sombra. Los dos esgrimen el fantasma de la derecha como gran herramienta electoral. De hecho, los dos están en su segunda legislatura. Los dos deben gobernar con pactos, pero en los dos casos son llevaderos. Los dos tienen en frente oposiciones de perfil condescendiente y poco activo. Los dos han disfrutado a su llegada al poder del período de mayor prosperidad económica de España y de Carballo, en particular en el sector de la construcción. Los dos se han atribuido ese mérito y han presumido de ello. Los dos han llevado a cabo un elevadísimo gasto público. Los dos han destinado buena parte de su gasto a publicidad y a subvenciones de carácter sociocultural. Sin embargo, a pesar del dinero invertido, ninguno de los dos ha conseguido solucionar ninguno de los principales problemas que existían en su jurisdicción. Y eso que los dos compartieron un plan (el Plan E) en el que se gastaron millones en cosas tales como spas o aceras. Cuando comenzó a aflorar la crisis, los dos negaron que su concello o su país fuese a sufrirla tanto como otros. Sin embargo, los dos baten récords de tasas de paro, y los dos se esfuerzan en camuflarlas. Ahora que vienen mal dadas, los dos tienen chivos expiatorios a los que echar las culpas de la falta de liquidez, bien sea la Xunta o los especuladores internacionales, y siempre el PP por no arrimar el hombro. Y los dos han visto en los últimos meses ponerse en duda su hasta ahora innegable confianza y popularidad.

¿Seguirán Evencio y ZP con su trayectoria paralela en el próximo año? Lo veremos.