Camarón que se duerme…

… se lo lleva la corriente, reza el dicho. O en el caso del Concello de Carballo, le merman la cuenta corriente. Sabíamos que la anulación del PXOM traería muchas consecuencias, y que algunas de ellas serían inesperadas. De ello se ha advertido repetidamente durante todos estos años en que los varios gobiernos dirigidos por Evencio Ferrero han demostrado una alarmante desgana en sacar adelante la revisión del Plan. Pero lo que quizá muchos no pensaban era que afectarían a las cuentas municipales de una forma tan directa. Porque resulta que con la muy esperada (y no por ello prevista) sentencia que nos deja sin plan urbanístico, la situación vuelve a las normas subsidiarias de los 80, y con ello cambia la clasificación de muchos terrenos, que dejan de ser urbanos y vuelven a ser rústicos. ¿Y eso qué consecuencias económicas tiene? Pues que ese impuesto con nombre de helados llamado IBI (impuesto de bienes inmuebles) se reduce notablemente para muchos carballeses, y con ello merman los ingresos del Concello.

La circunstancia ha sido puesta de manifiesto esta fin de semana por el PP con motivo de la discusión del presupuesto para este año 2012. Más concretamente, los hombres de Sueiro han denunciado que el principal documento económico del Concello no contempla la reducción de ingresos que se producirá por el cambio de suelo. Es decir, que contraviniendo todas las buenas prácticas contables, Evencio habría sobrevalorado los ingresos conscientemente, toda vez que los propietarios tendrán derecho a reclamar el tipo impositivo correspondiente al suelo rústico.

Lo que nadie ha precisado todavía, y miedo nos da, es el importe total que resultará de la operación. Pero de todas formas, nosotros nos cuidaríamos mucho de valorar negativamente la noticia. Porque es muy probable que ese dinero esté mejor en manos de sus legítimos propietarios, quienes al final y al cabo, pensamos nosotros, han demostrado saber gestionarlo bastante mejor que su alcalde. Otra cosa es que las maltrechas arcas municipales se vean todavía más resentidas, pero por suerte, llegado el momento de dar explicaciones a los acreedores, tenemos un alcalde con respuesta para todo: vuelva usted mañana.