Deprisa, deprisa

Las prisas son malas consejeras, sobre todo cuando uno se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. La noticia que hoy nos ofrece la prensa local es cuando menos irónica. Seis años seis ha tardado el equipo de gobierno carballés en redactar la revisión del Plan General, casi tanto como se tardó en redactar el plan original. Un Plan sobre el que pende la espada de Damocles de una sentencia contraria que lo anularía creando un vacío y una indefensión legal sin precedentes, y a la que ahora también se suma una orden de derribo contra un colegio. Amenazas ambas que quedarían eliminadas en caso de aprobarse a tiempo la susodicha revisión del PXOM.

Claro que estos aspectos no parecen haberse tenido muy en cuenta por parte de los dos concejales de urbanismo habidos en este período, Manuel Andrade y José Antonio Viña, si nos fijamos en la paciencia con que se ha elaborado un documento que, atendiendo a las propias promesas gubernamentales amén de al sentido común, debería haber estado listo hace un par de años. Por eso resulta irónico leer el titular que hoy publica LVDRP según el cual el alcalde, Evencio Ferrero, apremia a la Xunta para que informe y apruebe con la máxima celeridad un documento que ellos mismos presentaron hace hoy sólo un mes.

En verdad no le falta razón al primer edil en que las circunstancias urgen solventar cuanto antes un problema que puede ser de aúpa, pero quizá los miembros del bipartito deberían justificar el injustificable retraso de su propia gestión, antes de apurar a los demás para echar balones fuera. Porque si la Xunta de Galicia aplica el mismo interés y el mismo ritmo que ha aplicado el gobierno de Carballo, preparémonos todos para el desastre.