El Gatopardo en Carballo: cambiar algo para que nada cambie

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"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi". Esta conocidísima frase simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos pueblos que han gobernado esta hermosa isla, pero también la intención de la aristocracia de aceptar la revolución para poder perpetuarse. El "gatopardismo" o lo "lampedusiano" es en ciencias políticas el "cambiar todo para que nada cambie", paradoja expuesta en la novela "El gatopardo", del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). La cita original expresa la siguiente contradicción aparente:
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".
"¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado".
"…una de esas batallas que se libran para que todo siga como está".
Desde entonces, en ciencias políticas se suele llamar "gatopardista" o "lampedusiano" al político, reformista o revolucionario que cede o reforma una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente.


Ya en artículos anteriores dejábamos en el aire la sospecha de que la posición en la oposición de José Antonio Viña, y el consecuente gobierno en minoría del BNG, no iban a suponer ningún problema para las huestes de Evencio Ferrero.

Y así ha sido. Hasta el punto de que el solitario concejal socialista en el salón de plenos no dudó en votar a favor del candidato a repetir alcaldía ya en la primera votación de la sesión de investidura. Quienes esperaban que Viña se votase a sí mismo o se abstuviese, manteniendo las formas de una cierta independencia con respecto al Bloque, se llevaron la correspondiente decepción. Qué decir, por tanto, de las “esperanzas” de Manuel Andrade de que el exconcejal de urbanismo aceptase liderar un tripartito.

Pero aún hay más. Resulta que en la votación de aprobación de las dedicaciones exclusivas del nuevo gobierno, José Antonio Viña volvió a respetar la disciplina de voto del BNG… perdón, decidió considerar razonable la propuesta del gobierno, y le permitió sacar adelante su asignación de salarios. Una propuesta, dicho sea de paso, que parece evidenciar que el equipo de Ferrero ha entendido que el elevadísimo gasto en sueldos de concejales era un punto débil en su gestión. Según informa la prensa local el montante total se reduce de unos 252.000 a unos 184.000 euros anuales, si bien evidentemente la salida del propio Viña del gobierno “formal” es una parte importante de esa reducción, y las dedicaciones pasan a ser todas totales, desapareciendo las parciales.

Pero, por H o por B, lo que las primeras sesiones plenarias de la legislatura han dejado claro es que, lejos de las expectativas de muchos (y quizá también de algunos votantes socialistas) de que el partido socialista jugase un nuevo y más exigente papel desde su nueva situación de un único concejal fuera del ejecutivo, el gobierno carballés ha pasado de tener 12 concejales a tener 10+1. Y que como se decía en el Gatopardo, a veces hay que cambiar algo para que nada cambie.