Carballo-Detroit
“El viejo Detroit tiene cáncer. El cáncer es el crimen”. Salvando las distancias, esta sonora frase de un éxito del cine de los 80, sobre la ciudad más peligrosa de EEUU, nos recuerda a la triste realidad que estamos viviendo en Carballo.
Si bien es cierto que la capital de Bergantiños arrastra una histórica fama de inseguridad ciudadana que normalmente no se correspondía del todo con la realidad, la verdad es que los últimos años de crecimiento urbano y de crisis económica han hecho aumentar de manera alarmante los robos y atracos en pleno centro carballés. Cafeterías, gasolineras, zapaterías, tiendas de ropa… todo tipo de establecimientos sufren, y en muchos casos de manera reiterada, la entrada a la fuerza de cacos que destrozan sus instalaciones y se llevan cuanto encuentran a mano. Es más, en una muestra de auténtico recochineo, el bar situado al lado del edificio de los nuevos juzgados, suponemos que frecuentado por lo tanto por magistrados, fiscales y abogados, ha sido violentado ya varias veces.
Y todo ello sucede ante la total ausencia de decisiones de representantes políticos y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Cuando alguien se preocupa más de la cuenta, nuestros valientes representantes dan un paso al frente, ponen cara seria y se lanzan a llevar a cabo…una reunión, de la que salen unos discursos muy bonitos y elaborados, y cuyo resultado público siempre es que en realidad Carballo es segurísimo y la delincuencia no hace más que bajar. De hecho, llevamos tantos años oyendo que los índices de inseguridad disminuyen y disminuyen, que o bien hace 20 años éramos ciudad sin ley, o bien ahora mismo no se comete ni una miserable infracción de tráfico. Y como sabemos que no es así porque no somos idiotas, está claro que, o bien nos mienten, o bien se callan cuando los índice suben porque sufrimos una oleada de delincuencia, como está sucediendo ahora mismo. Por supuesto, ni una palabra sobre la Policía Nacional ni sobre aquella ampliación del cuartel de la Guardia Civil que mister Ferrero nos anunció hace ya unos cuantos añitos. Ni tampoco el recuerdo ni la reivindicación de nada de ello ni parecido, no sea que a alguien le vaya a parecer mal.
Y como este es uno de esos problemas que están detrás de las vallas, de esos que no existen ni existirán en el Carballo idílico del bipartito, y de esos de los que es mejor no tratar en los medios de comunicación amigos, nosotros nos tomamos la molestia de recordarlo, y de echar en falta a un Robocop que, con poca palabrería y mucha eficacia, nos librase de nuestro cáncer particular. Porque Carballo no es Detroit, pero hay días que se le parece mucho.
Etiquetas: inseguridad
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